Cuando el médico haya aprobado la “revisión postparto” a la madre, o cuando ésta se encuentre recuperada de la cesárea, es cuando llega el momento de empezar a ponerse en forma e iniciar al bebé en el ejercicio para que pueda ir cogiendo muchísima más movilidad. Para hacerlo será necesario esperar hasta que al pequeño se le haya fortalecido el cuello y así pueda sostener su cabeza de forma eficiente.
Cómo y cuándo hacer los ejercicios post parto
Si una madre se decide a empezar a practicar esta gimnasia con su pequeño será necesario que sea constante porque si simplemente hace un esfuerzo aislado esto no servirá de nada, así que lo mejor será empezar poco a poco e ir aumentando la intensidad, la duración y el número de repeticiones, subiendo a cinco y después a diez para terminar haciendo quince. Lo mejor es empezar con una tabla de diez minutos y más tarde poder estar media hora haciendo deporte con el pequeño.
Si se repite de forma continuada y rítmica el ejercicio sin duda se tonifica el músculo, pero para perder grasa hay que mantener un gasto energético al menos 24 minutos, porque en los esfuerzos cortos se quema la energía más rápida, es decir, los azúcares. Para realizar esta rutina con el bebé lo mejor será que esté tranquilo y despierto, que no tenga cólicos ni hambre, ni el paquete sucio, por supuesto. Que se encuentre relajado y esos momentos seguro que es la madre la que los conoce mejor que nadie. Si lo prefiere podrá ponerse música relajante y sin duda será vital el llenar de aire los pulmones en cada ejercicio para ir soltándolo después mientras realice los esfuerzos más intensos.
Diferentes ejercicios para recuperar la forma tras el parto
Los ejercicios se dividen entre diferentes modalidades. En primer lugar, para fortalecer las piernas y los lumbares lo mejor será tumbar al bebé en el suelo, en una manta y colocarse sobre él poniendo un pie a cada lado. Se tendrán que subir los brazos muy altos y se deberá tomar aire. Mientras se va exhalando habrá que inclinarse hacia el pequeño, estirar la espalda y doblar la cintura, sin llegar a flexionar las rodillas, pero sí llegando hasta la cara del pequeño. Se deberán hacer unas cuantas repeticiones en un lado y otras en el otro, repitiendo en cada lado entre 5 y 15 veces, según la etapa del ejercicio en que se encuentre la mamá.
Para trabajar los brazos y los hombros será interesante sujetar al bebé por las axilas y situarlo en frente del pecho, estirando los brazos. Habrá que coger aire y elevar al bebé mientras se va soltando. El pequeño deberá quedar por encima de la cabeza. Esto para él debe ser como un juego. Cuando ya esté arriba se le bajará despacio y soltando el aire, hasta ubicarlo en las rodillas. Después habrá que inspirar y mientras se expira se le volverá a elevar hasta que retorne a la posición de inicio.
Otros ejercicios interesantes son los que se podrán hacer a gatas para mejorar la movilidad de la pelvis. El primero de ellos consiste en ubicarse a gatas, apoyando las rodillas en el suelo, separadas y las palmas de las manos, ubicando al bebé debajo. Se tendrá que hacer la postura del gato contento, que hará curvando la espalda y levantando la cabeza y la del gato enfadado, que consistirá en arquear la espalda y apretar los glúteos. Tanto con una postura como con la otra lo mejor será jugar con el pequeño y decirle cosas para que participe en los ejercicios. Además la madre deberá mover todo el rato la pelvis en estos ejercicios para poder fortalecerla bien.
Y otros de los ejercicios más interesantes son los que se pueden hacer cara para arriba, que consisten en ejercitar tanto el suelo pélvico como otros músculos de la zona. Lo mejor será que la mamá tumbe al bebé sobre el vientre mientras se encuentra flexionando las rodillas y apoyando la planta de los pies. A la vez deberá levantar la espalda y la pelvis y mantenerlo en el aire para realizar estos ejercicios. Cuando termine con esta práctica rutina, será muy interesante que la madre se relaje tumbando a su pequeño sobre ella y cerrando sus ojos mientras lo acaricia e intenta que se relaje y relajarse ella, realizando respiraciones. Si consigue relajarse sin duda el pequeño también lo hará y así se podrán terminar estos ejercicios de forma eficiente.
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