¿Estás embarazada y te preocupa la salud de tu feto? Es normal, a todas las madres les pasa eso. Para que puedas ducharte sin miedo, te vamos a mostrar una serie de precauciones que vas a deber tener en cuenta. Son fáciles de poner en práctica, pero te serán de gran ayuda.
Tabla de contenidos
Mejor ducha o baño para una embarazada
Cualquier opción puede ser buena, sobre todo durante los primeros meses de embarazo. Hay que tener en cuenta que entrar y salir de la bañera es un poco más arriesgado. Para evitar problemas, se recomienda que durante los últimos meses la mujer se duche en un plato de ducha. El objetivo es reducir el riesgo de caída a la hora de introducirse en la bañera.
Además, los expertos también recomiendan no disfrutar de los baños de inmersión durante las últimas semanas del embarazo. Eso se debe a que es probable que se haya perdido el tapón mucoso. Si se disfruta de ese tipo de baños, el riesgo de infección es mucho más alto. Por el bien de nuestro futuro bebé, lo mejor son las duchas para reducir los riesgos. Pero durante el resto de los meses se puede disfrutar de todo tipo de baños. Siempre con cuidado para evitar resbalones que puedan traducirse en caídas.
Mejores platos de ducha
Si tienes claro que quieres reducir el riesgo de caídas al máximo, opta directamente por instalar en el cuarto de baño un buen plato de ducha. En la actualidad puedes elegir por muchos materiales. En Asealia nos recomiendan los platos de pizarra por diseño como por seguridad. Ese tipo de plato destaca por ser muy elegante, de aquí que encaje realmente bien en la gran mayoría de cuartos de baño. Muchas parejas los cambian para obtener una decoración más moderna y los resultados siempre son muy buenos. Si por cualquier motivo no acaban de encajar con tus gustos, otra alternativa son los de resina. Cuentan con protección antideslizante que viene realmente bien a las embarazadas a la hora de reducir el riesgo de caídas en la ducha. También existen los de porcelana, pero ofrecen algo más de riesgo. En este caso no te los recomiendo tanto.
Gradúa la temperatura del agua
Para evitar sufrir durante la ducha, te recomiendo graduar el agua a una temperatura agradable. El objetivo es que tú como tu bebé no sufráis durante la ducha. La temperatura del agua que recomiendan los expertos es de 30 a 35 grados. Piensa que los baños de agua fría pueden provocar calambres y eso no nos interesa en ningún momento. Y si optamos por una temperatura demasiado alta, podría influir en el desarrollo del bebé. Por ese motivo, una ducha agradable es la mejor opción para una embarazada.
Si al meter el pie en el agua notas que está demasiado caliente, no te metas para evitar que el feto pueda sufrir por el agua demasiado caliente. Y por supuesto, no olvides que durante el embarazo están prohibidos los baños en el jacuzzi, sauna o aguas termales. La prohibición viene dada por las altas temperaturas que afectan directamente al desarrollo del feto.
La embarazada tiene que cuidar su piel
Como notarás según vaya evolucionando el embarazo, la piel comienza a estar muy sensible y sobre todo tirante. Durante ese periodo de tiempo tienes que cuidar al máximo la piel para no sufrir efectos secundarios. Para conseguirlo, puede ser una buena opción optar por los jabones y geles neutros o hipoalergénicos. Se ha demostrado que dan muy buenos resultados y ayudan a que la piel esté más agradable al tacto.
También es muy importante que durante el embarazo no estés más de veinte minutos sumergida. Si lo haces, la piel comenzará a deshidratarse. Por supuesto, después de la ducha o del baño, tendrás que secarte correctamente e hidratar la piel. No debes usar cualquier crema, te recomiendo optar siempre por una crema hidratante nutritiva a través de la cual puedas tener la certeza de que la aparición de estrías será más complicada. Así te podrás sentir más feliz con tu cuerpo una vez que finalice el embarazo.
Cuidado con los golpes y las caídas
Desde el primer momento en el cual tengas constancia de que estás embarazada, tendrás que comenzar a tomar medidas de seguridad. Las caídas o golpes pueden comprometer la salud de tu feto. Todas las medidas de seguridad son pocas para el bienestar de tu futuro hijo. Para evitar caídas, puede ser una buena opción usar toallas, alfombrillas y antideslizantes que aseguren que no te vas a resbalar y caer. Al principio todo será fácil porque tendrás una buena libertad de movimientos. Pero con la evolución de los meses, comenzarás a hacerte más grande. En ese momento notarás que es más difícil entrar y salir de la bañera. Si no tienes plato de ducha, pide a tu pareja que te ayude a entrar y salir. El objetivo es reducir el riesgo de caídas. Durante el embarazo el centro de gravedad cambia, lo que hace que la probabilidad de caídas sea más alta. Si por cualquier motivo no puedes ducharte de una manera segura, también puedes optar por instalar en la bañera una silla de plástico especial. Así podrás darte el baño mientras estás sentada y no tendrás ningún tipo de riesgo.
Mantener la higiene durante el embarazo es tan importante o más que hacerlo fuera del mismo. No tengas miedo a ducharte, solo debes tomar precauciones y obtendrás buenos resultados.
Este artículo no tiene comentarios